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Patrimonio Histórico


Iglesia de San Mateo

La iglesia parroquial de San Mateo fue trazada en 1817 por Sebastián de Azcuaga, arquitecto de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Se trataba de un proyecto que sustituiría al viejo templo medieval, debía salvar las irregularidades del terreno y ampliar considerablemente su espacio para responder a las necesidades de una feligresía en crecimiento.

La iglesia, a pesar de sus generosas dimensiones, se organizó a partir de una sola nave, dividida en dos tramos, con cubierta de bóveda de medio cañón que descarga sobre arcos fajones. La estructura interior de los muros, totalmente enfoscados, se articula a partir de pilastras adosadas sin capitel ni basa –que sostienen el entablamento con arquitrabe y cornisa sobresaliente– y de pilares incrustados sobre los que descansan arcos de medio punto con impostas. En sus pies, los elementos más destacados son el arco rebajado que sostiene el coro, la ventana semicircular que procura la luz y los dos cuerpos circulares que se corresponden con la escalera de acceso al campanario y con el baptisterio. La cabecera, cubierta por bóveda semiesférica, define la disposición circular del altar mayor.

En su exterior se observa un aire neoclasicista. La portada principal, de cantería, consta de una puerta adintelada de notables proporciones, con recercado, cuarto de bocel, pilastras y dos ménsulas lisas. Sobre ella una gran ventana circular y, a sus lados, otras dos más pequeñas. El resto de la fachada se ejecutó con ladrillo enfoscado. En la fachada lateral también alternan ladrillo y enfosque del muro con la sillería de la base donde se equilibra el desnivel de la plaza. La torre, de escasa esbeltez y aspecto achatado, se añadió posteriormente.


Teatro

El teatro de La Puerta de Segura se construyó a principios del siglo XX. Es representativo del eclecticismo dominante de la época y la peculiaridad de su tipología y distribución espacial radica en la planta circular. La fachada se vertebra en dos pisos: el inferior abre con puerta arqueada de medio punto con clave trapezoidal que descansa sobre pilastras y, a ambos lados, ventanales; en el cuerpo alto destaca el balcón central con antepecho de balaustres y columnillas dobles. Dos pilastras enmarcan la altura del edificio, al que corona un panel cerámico con la fecha de la realización del inmueble –1928–, y jarrones a los lados.


Castillo de Bujalamé

Durante la Edad Media La Puerta cumplió funciones estratégicas de interés: el Guadalimar era fundamental en la ruta de Levante. Los musulmanes valoraron la importancia del castillo, junto con la presa y el puente contiguos, para el control de dicha vía. No obstante, el castillo se fue deteriorando y sus piedras fueron utilizadas por sus vecinos para nuevas construcciones. Así, de la fortaleza medieval tan sólo se conservan, en la calle del Castillo, los restos de un antiguo torreón del cinturón defensivo exterior. Conocido popularmente como “El Castillo”, pertenece al periodo almohade, por lo que data del último tercio del siglo XI y la primera mitad del XII.

En 1985 fue declarado Bien de Interés Cultural.


Puente

Construido en época musulmana, servía de presa en caso de peligro, ya que se tapaba con una puerta, las aguas remansaban y subían de nivel inundándolo todo y quedando el puente impracticable.

Aún se conservan semiocultos el calicanto y los mampuestos grandes e irregulares medievales, pero la mayor parte de la fábrica actual es moderna: un arco escarzano prolongado en bóveda de medio cañón conforma su único ojo.

El puente y la presa no sólo testifican la competencia ingenieril de los antepasados medievales y sirve de conexión entre lo premoderno y lo contemporáneo sino que también marcan la morfología urbana y medioambiental del municipio.


Monumento al Cardenal Dávalos

En cuanto a patrimonio escultórico hay que reseñar el monumento que en 1963 levantó el ayuntamiento al cardenal don Gaspar Dávalos, “hijo ilustre de esta villa... arzobispo de Toledo... fundador de la Universidad de Granada...”. Se trata de una representación figurativa y realista en la que el prelado aparece con mitra, báculo y libro.


Otros monumentos

Junto a la iglesia parroquial y el teatro un interesante elenco de casas de buena factura, levantadas desde finales del siglo XIX hasta la primera mitad del XX, muestran bien a las claras, en La Puerta de Segura, el incremento de la actividad constructiva, con lenguaje arquitectónico marcadamente ecléctico, durante la contemporaneidad. Son casas particulares construidas con pretensiones de singularidad y buen gusto. Así se pueden observar viviendas con bajo y dos cuerpos; almohadillados y estucos que simulan sillares; arcos carpaneles que adornan puertas y ventanas; balcones con antepechos de hierro; cornisas sobre ménsulas y plintos con bolas; buscando, en determinados casos, sacar partido estético al chaflán esquinado. En la calle Pintor Zabaleta se encuentran algunos ejemplos significativos en los que no falta el complemento de alguna torrecilla cubierta con teja árabe a cuatro aguas.

Se conserva también el edificio de la llamada Casa Tercia, en cuya puerta luce la cruz de la Orden de Santiago, bajo cuyo dominio se encontró la Sierra de Segura, y en donde se recaudaban los impuestos que por derecho correspondían al rey.

 

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Ayuntamiento de La Puerta de Segura

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